viernes, 23 de diciembre de 2011

Tiempo de atrevimiento.


Salvaje y cobarde, todo al mismo tiempo. Cuitada y atrevida a la vez. Es una incoherencia. Una disonancia. Convives con todo eso a la vez e intentas no decaer. Intentas mantenerte en el punto medio como mejor puedes, pero sabes que va por etapas y que el equilibrio no es permanente. Si viene un fuerte viento te caes, te fusionas con el ambiente y permaneces impávida durante largo tiempo. Luchas por levantarte, pero te atan unas cadenas invisibles a la tierra. Nadie puede verte. Nadie puede ayudarte. Y aunque no lo parezca, tú sigues viva en la oscuridad, deseando saltar al mundo y luchar por lo que de verdad quieres. Pero no lo haces, te paralizas una y otra vez. Todo sigue su curso, y de repente, cuando menos te lo esperas va y llega el movimiento. Es tiempo de atrevimiento, de llevar a cabo acciones y de caminar, sobre todo eso, caminar por el mundo y sentir, amar, llorar, soñar, aprender, (r)evolucionar. También crecer, y así hacerte más grande que muchos de los que te rodean.
Hoy es lo que toca, disfrutar de la vida y no preocuparse por cuándo regresará esa primera parte de ti. Soñar con que nunca regrese, pues te han dicho que dónde vive ahora está más cómoda que contigo. Le pides que no lo haga, que no vuelva a buscarte, pues justo en este instante eres FELIZ.

5 comentarios:

  1. Hay que quedarse con ese momento en el que sentimos que podemos con todo, y comernos el mundo :) No hay que preocuparnos por si llegan malos tiempos, entonces ya nos enfrentaremos a ellos.

    Un besito

    ResponderEliminar
  2. Perfecto. Recuerda que nuestra única obligación es ser felices.
    Te quiero.
    Ten una maravillosa temporada navideña.

    ResponderEliminar
  3. Ay, sí. Justo esas últimas líneas es lo que me propongo hacerme entender: ya no te necesito. No vengas. Soy feliz.

    Abrazo!

    Feliz navidad.

    ResponderEliminar
  4. Conozco esa sensacìón, llevar abrochada en las entrañas a tu peor tu, que vive agazapada y cuando menos la esperas planta su bandera en tu intelecto, nublando todo aquello que hasta hace unos días era luz, equilibrio y emoción hasta hacer explotar un mundo mecanico.
    Reconozco que igual que esta la oscura, esta la luminosa, que es capaz de hacer de mover el mundo que esta a su lado, el que está por encima, el de abajo e incluso de movilizar los submundo de aquellos que ama.
    Buscar el equilibrio es mi opción cada día, aunque no siempre consigo llevar a él.

    ResponderEliminar