jueves, 27 de marzo de 2014

Del fracaso de mis manos.

(Fotografía de Sumyko)

busco
el mensaje oculto en las páginas de este exilio
el desenlace de los tejidos de la huida
el párpado que adormece la melancolía.

sólo acaricio
pájaros inmortales revoloteando sobre un mismo cuchillo
con la temperatura desnuda del miedo.

(El verso en cursiva pertenece a 'La casa roja'
de Juan Carlos Mestre)

sábado, 22 de marzo de 2014

Un sueño cumplido llamado autoedición.

(Fanzines a punto de conocer a sus nuevos dueños)

Mandar tantos sobres con un sueño cumplido llamado autoedición dentro es maravilloso. Nuestro segundo fanzine படங்கள் 'No eres consciente' está teniendo una acogida tremenda, que no nos esperábamos, pues está viajando o viajará a Ibiza, Budapest, Algeciras, Edimburgo... Desde aquí os comunico que si queréis toquetear, acariciar o dormir con un ejemplar es muy fácil: escribidnos a fanzinenoeresconsciente@hotmail.com y por el simbólico precio de 0.50 € (más 1 euro de gastos de envío), es decir, por 1.50 euretes, os lo enviamos a cualquier lugar de España (al extranjero por un pelín más) ¡Gracias por todo el interés mostrado! ¡Qué ganas de comenzar a gestar el tercero!

PD: También estamos aquí, en facebook.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Poema a cuatro manos.

(Fotografía de cheyenne sophia)

Cristales mecen mi tristeza
sobre un desierto devastado
como la superficie de una garganta
o un estómago en duelo
fracturado en mil heridas afónicas.

Fotógrafos recorren mi cuerpo
sobre un silencio de siete años
al amparo del verbo dentro
mientras queda tendida la palabra
hasta la pérdida de la afonía de la herida.

Llámalo limbo, monstruo ahogado
o territorio expuesto a las esquirlas del frío,
me cuesta creer que las palabras limiten
este escozor en el pecho, este humo congelado:
(todas) las heridas tienen un fondo infinito.

(Poema escrito a cuatro manos -como el título indica- con Instánteo
e incluido dentro del Fanzine படங்கள். No eres consciente. Nº2)

viernes, 14 de marzo de 2014

π

(Ilustración de Harriet Lee-Merrion


 y
en el sórdido confort de la casa paterna
saben que no regresarán nunca más

Al Berto

extraigo mis desvaríos
caricias que deposito en una hoja de papel ardiendo
notas de voz
susurros bruscos de un cuerpo a otro

nada sigue igual
las arrugas se entremezclan oscuras
se vierten
y ya no (me) alumbran

agradezco el número pi
el ambiente desasogante culpable
a
veces
de mi ubicación cada vez menos arbitraria

sangre que me mantiene despierta

martes, 11 de marzo de 2014

(A mi abuela)

(Collage de Daisy Bennett)

Es triste verte engullida por el magnetismo del tiempo
entre recuerdos de infancia y campo,
igual que un gusano antes de ser devorado
por un pájaro victorioso tras su primer vuelo.

Mi único vínculo de sangre
los únicos ojos sabios
que encontraron
la bondad en mis actos.

Ahora
las fotografías cobran vida en el estante
como en un delirio cualquiera
o en el ensueño de un cuerpo a la deriva.

Ahora, más que nunca,
no hay palabra para el tiempo.

Sin embargo,
mientras tolere la explosión de dolor
en mi garganta,
podré sortear como una acróbata
tu caída
-ataúd,
precipicio con forma de guadaña-
perdiéndome
en la agitación
de mi memoria,
sangre de tu sangre,
dibujando contornos a tus abrazos
en cierto escondite
con el que sólo yo hablo.

(El verso en cursiva pertenece al primer poemario
de Anne Sexton: 'Al manicomio y casi de vuelta')

viernes, 7 de marzo de 2014

La muerte no es el final.

(Gif del 1x01 de True Detective)

Mi animal bebe el cáliz de los desaparecidos, sus pesadillas heridas en noches desiertas como edificios empequeñecidos por éxodos forzosos ya cicatrizados.

Escribo desde el ensueño,
pestaña gelatinosa que presiona al gesto.

Si la muerte no es el final
y sólo existe un eterno retorno a los círculos inapagables del infierno
-nuestras caras-animales viendo la luz-
huiré al ritmo
de los rostros que se apagan con su propia sombra.

(la frase en cursiva pertenece al capítulo 1x07 de la seriaza True Detective, mi última obsesión)

lunes, 3 de marzo de 2014

Tristeza como la mía.

(Escultura de Christina Bothwell)

Dónde están las sobras de tu pecho herido
Dónde el fuego que desprendíamos haz de luz sobre la edad necia
Dónde el muchacho de la sonrisa intacta
Dónde el incendio alucinado enjambre itinerante de tus pupilas

Tristeza como otra cualquiera
tristeza llamarada que se expande

Somos
lechos de flores sin bulbo
claridad humeante a veces callada
a veces fosforescente
tristeza como la mía
tristeza aquí mi pecho encharcado
mis heridas añejas
mi llamarada al compás abstracto de tu geometría