lunes, 30 de abril de 2012

domingo, 29 de abril de 2012

El presente es un fiambre nonato.

(Fotografía de Willi Dorner perteneciente al proyecto Bodies in Urban Spaces)

Una efímera sustancia impregnada en los labios.
Sabor insípido.
Sabor inválido de gusto.

Intensificación del tiempo. Un segundo tornado vida viaja hacia lo eterno. Se baña en los sucios estanques de un paraíso hirsuto, envenenado de olvidos.

Huele a frío. Sabe a granizo apilado sobre tierra seca. Es el regreso, el abandonarse a los recuerdos tras un objetivo extraño al cuerpo. El apagarse de la etapa que golpea el curso pasivo de los acontecimientos. El fin del viaje.

La última gota cae al suelo.
Nutre las raíces.
Crece la nostalgia.
Muere el presente en el vientre de una madre primeriza.
El futuro celebra su mayoría absoluta.

Nos despedazamos.
Llora el viento.

viernes, 27 de abril de 2012

(Re)creación retroalimentada.


(Imagen de றouvemenʨ d'un ciℓ : III)

Demasiados sábados tras tus pestañas,
te has vuelto traslúcida
y tintineas con el paso de las horas.

El tiempo se acumula sobre tus vértebras;
pesas 0 en la jerarquía de estímulos.



Desapareces.


Página en blanco.


Los contornos lloran tu ausencia.



El previo aislamiento te ha dejado secuelas:
te duele hasta el habla.

Y te dedicas a esperar a que te dibujen de nuevo,
metarfoseándote en una insólita (re)creación retroalimentada.

miércoles, 25 de abril de 2012

Tacto morado.

(Fotografía de R Digi : Touchy Feely)

Color morado;
es una tela sinestésica
que me intensifica en la cumbre del óvulo no fecundado.

Tacto-color.
Calor entre dos aguas separadas
por las papilas gustativas de los dioses del Infarto.

Viertes el líquido de tu mirada
-cúmulo espacio-temporal recién vomitado-
en el pétado oblícuo del ∞ jaspeado.

Debes limpiar el círculo cromático,
quiero colores puros,
primarios,
sin azúcares añadidos,
para luego remezclar los sentidos,
los tuyos y los míos,
y que las arrugas de tu piel bajo el puente
-zona erótico-festiva de acceso restringido-,
me hagan un único grito,
aplaquen mi sed de palabras
y hagan confluir los mares de nuestra espalda.

Color morado.
El pincel ha teñido el agua,
ya no es apta para el consumo humano.


Huyamos.

martes, 24 de abril de 2012

Ciudades aniquiladas.

(Fotografía de Spencer Tunick : Barriers)

Se seca la ciudad con el maullido de los árboles.
Desfallece tras la octava reanimación,
la falta de oxígeno le borra la respiración.

El baile de la enfermedad pudre a los ríos,
enloquece a los humanos
y se folla a los peces.

Cíclopes derruidos por la inmundicia
son saboreados por los restos de una civilización con las cuencas vacías
que persiste gracias a la venta de transgénicos aun no inventados.

Re-estalla la burbuja.
La plausible curación es enterrada entre las lágrimas de los cuerdos
y los alaridos de los necios.
¿Es el fin de la Historia Contemporánea?

martes, 17 de abril de 2012

Somos ensalada.

(Fotografía de Joanne Leah : Opposite)

Sólo sé diluirme en nuestra ensalada de palabras,
modificarme,
desencarnarme,
saborear tu lechuga
para luego (des)aliñarme
entre el magreo de tus sábanas.

(Dedicado a M. por estos 3 años
-y por el infinito restante-)

domingo, 15 de abril de 2012

La cara de mi espalda.

(Ilustración de chatnoir : Locura)

En la nocturnidad del hechicero, confluyen dos mundos: el impávido y siempre lúcido consciente y el inconsciente oculto que por accidente me alquila el cerebro 8 horas cada día.

“Funcionas con menos cantidad de oxígeno que la media –afirmó un doctor cualquiera-, por ello no has fallecido en ningún paro mental momentáneo de esos tuyos”.
Esos paros iniciales fueron los que me convirtieron en un ser que escucha a medias, siente a base de bocetos y piensa con el corazón bajo hielo, bañado de escarcha ventricular.

Lo malo es cuando me llega la persecución nocturna -tan puntual y repetitiva-, impidiendo que me concentre en el vacío, fumigue los resquicios caústicos que me corroen y entre en la fase REM. Siempre pulula por ahí un ojo, una sirena de policía o una siniestra pisada que me hace burbujear la tapa de los sesos.
Desde lejos parecerá que disfruto de un orgasmo con una expresión placentera elevada al sumun de la taquicardia, pero realmente estoy aterrorizada por esa segunda cara que me habla desde la espalda. El pánico no cesa en su empeño de afincarse en mis venas ante la perspectiva de que suba puestos en la lista de espera para la sustitución perpetua de mi alma. Además, su territorio crece exponencialmente a medida que el mío se diluye, y sé que deberé huir, cambiar de envase y prenderle fuego a éste con la delicadeza con la que se asesina a una hormiga.

Por ahora, me concentro en trascender metafísicamente al continente que yace tras la bruma de tus ojos.
Basta con un ligero corte en la retina.
Voy a por anestesia.

(Esta entrada es fruto de un -primer- experimento entre chatnoir y yo,
en el que ella ha puesto la imagen y yo las letras)

viernes, 13 de abril de 2012

Reflexión de una ex-lengua silenciosa.

(Collage realizado por una servidora de una fotografía tomada en Salamanca por Miguel-E.)

Fui un feto estable dentro de los márgenes aristótelicos.
Crecí con la lengua silenciosa, el cerebro bullicioso y el corazón siempre anhelante, en busca de un espejo en el que reflejarme sin resquebrajarme en el estruendo de la multitud.
Me acostumbré a la indiferencia, a que no me dolieran las entrañas cuando incendiaban mi aula, mi casa o alguno de mis lugares de huída. Eran nimiedades -me susurraba-, retortijones de la colectividad para pisotear al individuo y violarle sus creencias, decisiones y (dis)gustos.

Mi personalidad se fue fortificando con la acumulación de instantes, y un cambio virulento se aproximaba con cuchillas en las manos: la adolescencia. Esa etapa fue un ir y venir de personas, lugares y sobre todo de CAMBIOS. Joder, éstos solían pillarme desprevenida, con la fase anterior inconclusa y un hueco sin rellenar. Siempre era igual y para poder continuar lo que hacía era pintarlo con un rotulador permanente, y tirar los dados para la próxima jugada -siempre impávida y casi inconsciente-.
El problema real eran los límites, que oprimían y reducían todas mis acciones, y claro, ¿iba a ser yo quién diera alguna vez el primer paso? NO, nunca podía, y mi característica estabilidad comenzaba a tambalearse. Llámalo rabietas, edad del pavo o simplemente llámalo X. Yo prefiero decir que estaba buscando mi espacio en el mundo y si me cortaban las alas a diario yo sólo me las arreglaba para comprar tela y construirme otras en un bucle infinito cercano a la saciedad.

Antes de la eclosión-explosión definitiva descubrí una forma de sanarme por dentro sin prender fuego a mi mundo: la escritura. Desde que ME escribí por vez primera hasta hoy (noningentésima nonagésima novena vez) mi lengua silenciosa ya ha transmutado su adjetivo, y el bullicio de mi mente -dentro del caos aparente- suele encontrar un modo de llegar al orgasmo con ruido, algunas nueces y un flujo constante de letras que danzan endiabladas ayudándome a que me conozca "casi" al 90%. Ayudándome a evolucionar psíquicamente en la construcción, reconstrucción y creación de nuevas palabras con las que expresarme, odiarme y amarme.
En definitiva, palabras con las que (des)escribirme en la absoluta desnudez gravitatoria de mi alma.

Gracias.

miércoles, 11 de abril de 2012

La sexta planta del nuevo infierno.

(Fotografía de Thomas Rusch)

Psicópatas "primerizos"
se impulsan por la barandilla del paseo marítimo,
están exhaustos de tantas noches en vela
cazando presas por el extrarradio.

En su matutino tic nervioso,
con los ojos como platos
la mandíbula desencajada
y el corazón ausente
-desde siempre inerte-,
sueñan con las rojas venas de su última víctima
y con su mortal alarido,
el grito desahuciado de quien ya no memorizará más imágenes
ni escribirá más palabras,
sólo transitará eternamente por el área de “Muertos por Homicidio”
en la sexta planta del nuevo infierno,
del nuevo orden mundial,
en el que el asesino pernocta en balnearios
y el asesinado debe pagar el precio de su “game over”
sin cuello
o sin manos
o sin orejas
en el ardiente pavimento de un futuro reestructurado para el caos mental
de los nuevos seres sin empatía
y con un lóbulo frontal deteriorado
por la sobredosis de sangre en la que se remojan a diario.

Son unos perros viejos que anhelan su cielo,
pues su tránsito vital ha sido cruel,
extremadamente incómodo,
sucio,
sombrío
y carente del glamour Dexteriano.
Tras su masivo y psicopático suicidio
cambia enfermizamente la tonalidad del mar;
.....
un millón de suicidas más = un millón de psicópatas menos.

martes, 10 de abril de 2012

Breve y adrede IV.

(Ilustración de emimf)

Si doblas en cuatro partes una estrella de ocho puntas y remodelas el centro del corazón del origami acompañante conseguirás que emerjan niños tentaculares a través de la vagina del espejo –tridimensionalmente inexpertos y proclives a generar el síndrome de Stendhal en cerebros tan absortos por la belleza del infinito que han olvidado que una lengua silenciosa es tan sólo una paradoja de este multiverso esquizofrénico-.

Podrán moldear la perfección con un sencillo reajuste focal.

domingo, 8 de abril de 2012

Esto es ruido, j o d e r.

(Fotografía de Pedro Spagnol)

Muerte y sutura:
coyuntura interespacial del andrógeno dirigente
que fracciona los océanos biofílicos,
saturados de zigotos en plena segmentación.

El fin del mundo de la moda:
extinción interracial e inter-especie.
Prima la endogamia;
los enfermos mentales
coagulan sobre sus restricciones empresariales.
Un negocio requiere inteligencia,
y los cromosomas deficientes la convexan.

Esto es ruido, j o d e r.
Esto es ruido, j o d e r.

Se me abre el cráneo entre alaridos,
¿consecuencia de la amenorrea auto-inflingida
por cortar(me) con un cartabón
como parte de la dolorosa inexistencia?

Es una sola hernia la que se yuxtapone a tu arteria
quedando tri-decapitado el uso del verbo "bohemiar",
obsoleto tras el repaso del machete.

Debes grabar las noches de invierno
mientras sudas por las venas
todas las experiencias clandestinas naúfragas del delirio nihilista;
y proceder después a demoler el sucesivo asentamiento:
las verjas de la cognición
que limitan la evolución de los sentimientos.

Y sólo sé diluirme en el sigilo del cuadrante que dormita,
en el del despertar bajo cactus adictos a las Benzodiazepinas.
Así se hunde mi fe terráquea:
la reencarnación me acaricia el vello de las piernas.


Y un sonido zigzagueante chirría de fondo,
corrompiendo los 7 puntos de unión vida-muerte.

viernes, 6 de abril de 2012

¡Auto-opérate el apéndice!

(Collage de Maurizio Anzeri)

Resplandece el apéndice extirpado, un muerto anunciado en los manuales de medicina, cruelmente fusilado por cirujanos sin miedo a la sangre efervescente.

Desde la cama reclinable, la solución previamente pactada convierte en cálido el ambiente -se ha extraído "la maldad" del cuerpo-, como si fuera tan simple transformarse en santo, olvidar la frialdad de los depredadores y trazar un perfil impecablemente nuevo y mentalmente capacitado para las infinitas salas de espera que acechan tras cada pestañeo.

La recuperación será corta -prometen-, impermeable y hábilmente construída para comenzar el asalto al basurero del hospital (esto sólo indicado para la población sin apéndice).
Y es que la revolución se expande a partir de las pequeñas acciones:
¡Auto-opérate el apéndice y golpea sus ineptas expresiones sanguinariamente!

miércoles, 4 de abril de 2012

Del elefante que se creía koala.

(Ilustración de Redmer Hoekstra)

Vibra el eucalipto,
se cae el koala.
Escasez de alimentos
y taquicardia infra-alimentada.
Catatónico y sin amigos
-leemos en su estado de Facebook-.

Han vuelto los días grises
aunque
él nunca los coloreó de tonalidades escalares.
Será por la opresión de su bolsa testicular
o por la reiterada ausencia del verde amor
de una hembra desinteresada.

Sin bastones en los ojos
la vida se destiñe por sus patas.


Delira por la trompa,
confinado en un psiquiátrico para animales.

martes, 3 de abril de 2012

The Ex-Lady in the Radiator.

(Imagen de la película "Cabeza borradora" de David Lynch)

El colirio les provoca escozor y quemaduras en la retina, y son los sollozos los que se convierten en los protagonistas de la BSO de los gorriones emparedados en la cortina de raso que separa cada una de sus lágrimas de su derrumbe hacia el abismo. Son 80 cm de tela, antes huecos, después forzados a una paupérrima convivencia entre plumajes y ahora okupados por la "Dama del Radiador" -que en época de crisis prefiere las cortinas-.

He aquí el desarrollo completo de su grotesca historia:
Tras el segundo intento de golpe de Estado, "La Dama" se convirtió en la líder autocrática de ese pequeño paraje invisible a los ojos humanos. La primera medida fue desalar a todos los gorriones para así amaestrarlos dócilmente en pos de la consecución de sus objetivos de conquistar todas las cortinas de la casa. El problema era que para inaugurar esta nueva era se tornaba necesario salir en grupos invasivos y resultaba adictivamente atractiva la expectativa de huída para los súbditos de "La Dama". Por ello, ésta decidió reproducirse -para asegurarse siervos cosanguíneos- a partir de la espina dorsal, evitando así cortejos, violaciones y traumas innecesarios. Bastaba con adormecer al animal, cortarle un milímetro de espina e intercambiarla con la de "La Dama". De este modo -y gracias a los colirios reproductivos- logró embarazar a unos 50 gorriones hembra en el plazo de dos meses.

Diagnosticada de discapacidad intelectual y poco dada a prestar sus oídos a opiniones ajenas, no pensó en cuál sería la forma o la capacidad de los nuevos seres -aberraciones científicas derivadas de la mente "más brillante" de la cortina- y se dispuso a esperar el masivo alumbramiento entre Gin-Tonics y masajes de pies al estilo Pulp Fiction.

Pese a haber sido concebidos durante 60 días, todos nacieron en apenas una semana, siendo la media de tres por embarazo. Así que el minúsculo reino se vio superpoblado por seres sin ojos, que descomían bucalmente, con una sola pata e incapaces de comprender o seguir una orden formada por más de dos letras.
Y éste fue el principio del hundimiento y posterior fallecimiento de la cortina roja de mi cuarto, al quedar desolada en apenas unas horas por los gorri-dores con el uso de armas como el canibalismo, el tormento del gorri-dor y el genocidio.
Yo sólo me percaté de la incipiente debilidad de mi cortina atribuyéndola al indiscutible paso del tiempo, hasta que una madrugada desperté con una estrofa de una canción proveniente de una dulce -e ilocalizable- garganta:


Y es que "La Dama" había salido ilesa del exterminio y más enérgica que nunca. Ya no era microscópica, ni deforme, ni de mollera vacía, sino que se había metarfoseado en un Gulliver en Lilliput. Un Gulliver sediento de poder y con alas mecanizadas.

(La "Dama del Radiador" -libre traducción-es un personaje
que aparece en la película"Cabeza Borradora" de David Lynch
y también en la fotografía que ilustra esta entrada).

domingo, 1 de abril de 2012

Translucidez inamovible.

(Ilustración nº365 de Daniel Horowitz)

Puedes borrarte en la distancia,
dejar que el horizonte lleve a cabo su misión
y te desdibuje empezando por un mechón de pelo
y concluyendo por el pulgar del pie izquierdo,
quedándote cada vez más translúcida,
más ingenua,
inexistente
y atrozmente desapercibida.

Sujeta a la superficie terráquea -sólo- por alfileres de colores
que te desgarran las extremidades
y te hieren el influenciable esternón
roto por las lágrimas resecas,
los recuerdos sin envasar
y las carreras a las cinco de la mañana
en una calle sin farolas por la Hora del Planeta.

Inconscientemente esto reincide cada día,
cada jodido instante,
pero superficialmente nadie puede verlo,
ni siquiera olerlo
aguzando ese sentido menor
-nieto con discapacidad de la visión-,
excepto las noches de luna creciente
tras el octavo latido en cadena
y el infinito guiño a su sexo.