viernes, 9 de marzo de 2012

Las palabras son pieles de mandarina.

(Collage de Bridget Collins)

Te comes las palabras. Las devoras degustándolas, haciendo que alcancen el irreconocible equilibrio entre el juego de las papilas gustativas y el baile que acontece en tu punta de la lengua. Justo al final del precipicio, donde explosionan con el descenso en stop motion a dos metros por minuto. Es cuando las letras se desahogan en el fragor del viento.

Como si fueran gajos de alguna mandarina, retozas con ellas para sucumbir renaciendo en el instante exacto en el que su revoleteo procrea alucinaciones en tu paladar, inaccesibles a la soporífera conciencia exterior, cerebralmente oculta.

Y reanudas la función pelándolas con la yema de los dedos, sufriendo cuando rozan la carne enrojecida del oblícuo parapente escondido en tu campanilla. Incapaz de expulsarlas, te reúnes cada jueves con ellas, tras el pico sin limar del colmillo izquierdo.

Que no.
Que lo que comes son pieles de mandarina. Las palabras no se pueden ingerir, pues causan corte de digestión, dolor de ojos y subida de gemelos, a la vez que te hacen embriagarte a sólo 3ºC bajo cero sin previo aviso. Sin alarma de insostenibilidad.

23 comentarios:

  1. Ahora mismo donde tengo alucinaciones después de leerte es en la glándula parótida.

    Besos.

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  2. Es texto es exquisito. Tiene sabor, tiene olor, sonoridad. La fuente de la que manan tus palabras ha de ser una fuente mágica e inagotable. En este momento me trastornas.....Beso, querida. Miles!!!

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  3. No estoy de acuerdo.
    Yo las tuyas me las como.

    Besos.

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  4. Me ha gustado el texto, sobre todo el final.

    Y el collage lo encuentro un poco gore (¿es normal?).

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  5. Y yo cada vez me convenzo más de prescindir delas palabras... Llegará un día el silencio absoluto.

    Un beso o 2 #

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  6. "Es cuando las letras se desahogan en el fragor del viento." Muy bello :) Indigestión por metáforas, ya ves. Ricas las mandarinas cuando quieras te doy una bolsa que me sobran jaja... besos guapa! :)

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  7. Me escuecen los dedos y mi boca está ácida. Sin duda alguna este texto es muy cítrico. Me encanta la frase del colmillo izquierdo por cierto, ejemplo del detallismo también presente y que nunca debe descuidarse.

    Besos!

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  8. Es que las palabras traen contraindicaciones, pero si sirven para escribir cosas como ésta, pues a ingerirlas en grandes dosis.

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  9. Esa ilustración es de pronóstico resrvado. y la prosa colmada de palabras con sabor a mandarina,

    ¡Felicitaciones!

    Saludos.

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  10. A mí siempre me sientan mal palabras, especialmente las malsonantes, acostumbro a vomitarlas, pero tu toque cítrico es para comérselo con piel y todo.

    Besos ácidos

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  11. Hay cosas que no siempre nos las podemos llevar a la boca...

    Saludos y un abrazo.

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  12. Las palabras se digieren y algunas son imposibles, pero también pasan por la boca junto a la piel de la mandarina.
    Por eso hay tanta úlcera y cara amargada.

    Besos

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  13. Muy bien escrito!! y con sabor a manadarina.

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  14. No he leido La Milla Verde, pero no digo yo que un día estos no caiga. Creo que el último libro que lei de Stephen King fue Desesperación, que pasa igual que con La Niebla, que te da lo que promete. Hoy en facebook he puesto un video donde el propio Stephen se confiesa y cuenta como y porqué escribe tanto.

    Me alegro que te parezca una buena entrada, muchísimas gracias.

    Un beso, mandarina.

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  15. Siendo como frutas que se mecen al viento en un soleado jueves de Antioquía.

    Bs.

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  16. Son las palabras las que nos devoran. Ya desde la pila bautismal nos encasquetan uno. Hay que ver. En cambio si fuéramos animales los sueños serían un poco así nuestro lenguaje dispuesto. Así te veo un poco. No nos hablas, nos sueñas.

    Un abrazo y que tengas buen fin de semana Nocti.

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  17. Y pensar que algunos las vomitan sin escrúpulos...

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  18. No se pueden digerir las palabras que hacen daño, las que son dulces dan ganas de comérselas.

    Un beso.

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  19. Hay palabras tan difíciles de tragar como esas mandarinas secas que con sólo piel de gajo.

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  20. Bacanal, es la palabra sin que me suban los gemelos y a pelo.
    Me ha gustado, me suenas a droga y me mola.

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  21. Lo peor es que llega un momento en que te intoxicas con las palabras y comienzas a vomitar sin cesar. Sin hablar de la diarrea.
    Un saludo.

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  22. Las palabras pueden clavarse como dagas afiladas o acariciarte dulcemente como una pluma, por desgracia siempre olvidamos la segunda opción.

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