(Obra de Oskar Schlemmer)
Éramos nieve blanca
hasta el maullido del líquido,
hasta el calor de la fiebre.
Éramos nieve negra
ya sucia
y saqueada
por las aguas estancadas
que bebimos en el invierno.
Fuimos tiritona por accidente;
fuimos madrugadas sin dientes;
fuimos nieve alguna vez
-me dices-
pero me cuesta creer
que la inquietud de tus ojos
miente.
El invierno...la tiritona, la perdida de dientes y los esqueletos podridos que los acompañan... que contraste entre el rojo pasionario de tu anterior entrada y el gélido blanco de ésta.
ResponderEliminarMe gustan las dos. Me gustas tú.
Feliz 5 de Noviembre Esther. Te quiero.
ResponderEliminarSaqueamos la pureza, con o sin tiritonas...;)
ResponderEliminarMe encanta!
Besos!
Me entristece el modo en el que la belleza de la nieve se torna suciedad. Pero a la vez me esperanza que como agua sólo muta de forma, y quizás dentro de poco esa misma nieve sea el germen de una nube...Beso
ResponderEliminarLa nieve impoluta dura poco.
ResponderEliminarUna lástima ver cómo algo tan bello se vuelve sucio, deforme, deslucido... Así es, pero a veces se mantiene inalterada, allá donde no pisamos ni ponemos la mirada.
Mentir, todos lo hacemos.
Besos
"...fuimos madrugadas sin dientes..."
ResponderEliminarVirginidad efímera esta nuestra...
Besines, Esther
Y nos derretimos cuando nos tocan...
ResponderEliminarme emocionaron tus palabras, buen comienzo de semana!
ResponderEliminaresa nieve negra ya sucia y saqueada me ha calado muy hondo.
ResponderEliminarprecioso Esther.
felicidades de verdad.
Genial, Amanecer, como siempre.
ResponderEliminarTodo lo que fuimos ya no es.
ResponderEliminarHay que enterrarlo.
Besos.
Fuimos, somos y seremos. To be or not to be... un abrazo! me alegra ver que vuelven tus palabras siempre fuertes... besos guapa!
ResponderEliminarQué bonito, y que íntimo y cercano, lo que fuimos, y en aquello que en lo que ya no nos reconocemos.
ResponderEliminarbeso, genia!!
Miette
La nieve recién caída hace pensar en un texto anterior a cualquier historia fraguada por la mente o por el corazón (o por otros órganos cualesquiera igualmente creativos). La nieve también tiene historia, memoria, palabras, borrones, tristezas, orgasmos, muertes, silencios, oprobios, caricias... Eso la hace menos blanca, pero más interesante.
ResponderEliminarEres genial, Esther.
En los ojos siempre se halla la verdad. Excelente.
ResponderEliminarUn beso!
Todo se corrompe...
ResponderEliminarSoy un niño: Esther, ¿por qué dices que la nieve puede estar sucia?.
ResponderEliminarEl niño está traumado.
El hombre que habita en sus bolsillos le reclama su vida, su breve historia, somos adictos, LA NIEVE MALDITA SEA PUEDE LLEGAR A ESTAR SUCIA!
El niño muere.
(Muere feliz)...
suerte que la nieve regenera
ResponderEliminarCuando hablas de nieve negra pienso en el petróleo. Nunca he visto nieve negra quizás porque la veo de lejos y sobre volcanes. Tu mensaje es lindo pero hemos de sacudirnos de aquella agua estancada.
ResponderEliminarBesos Esther.
xq blanco? xq negro? qué bello poema si la nieve fuese gris
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