sábado, 29 de enero de 2011

Bajo la capucha.


Ocultándome de mis pensamientos.
Cerrando mi mente para no sufrir, para no pensar en lo que he perdido, para no angustiarme al saber que jamás volverá.

Tener todo aparentemente, pero que siempre falte lo mismo, que siempre quede en blanco el mismo trozo.

Y que todo cambie de color según qué ojos observen, según qué cuerdas vocales sean las que se mueven. Y que tus manos sigan tejiendo un puñado de mentiras, de dañinas puñaladas.




Por eso me oculto en tras esta capucha, hasta que pase la tempestad.

En espera de mejores tiempos. En espera de corazones repletos.

3 comentarios:

  1. Cuánto llevamos en espera de mejores tiempos.

    (Imposible no pasar por aquí sin decir nada, ¿no?)

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  2. ¿Por qué estoy aquí, en el 29 de enero de 2011?, fácil, quería comentar tu entrada más reciente, la de hoy, decirte que las lágrimas desfilan cuales modelos asquerosas por las mejillas insanas de sus propietarios. Pero te lo digo aquí, aquí en el año pasado, porque en ese año yo estaba quizás un poco más tranquilo.

    Te mando un beso actual.

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    1. Y yo estaba siendo otra persona, no era ni Esther ni Amanecer Nocturno, sólo un simple espectro.

      Es curioso, tú el año pasado estabas más tranquilo y yo no dejaba de perder la sensación de control una y otra vez. Ahora tú estás ¿nervioso? y yo estoy sin capucha y con el pasado sellado, inmensamente calmada.

      Otro beso actual para ti.

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