(Imagen de Rudolf Schwarzkogler)
Desde la cama toco el borde
de los platos de colores que excitan el aire,
de los cuchillos que sanaron falsedades,
del fin de la fiesta.
Resuenan sus risas por las paredes
y rechinan sus dientes risueños
mientras el alcohol se vierte
y la euforia
y la obscenidad
terminan por instaurarse.
Ahora son recuerdos,
desastres rescatados
para embriagarse de imperfección
y de frases inverosímiles
pronunciadas en contextos adulterados.
Sentencias que hicieron llorar al gato,
mentir a las cucarachas
y desaparecer tu camiseta
en un enfermizo vaivén.
Alarido.
Las motas de polvo descienden,
las paredes enmudecen
por la fuerza del estruendo
y los colores
y los platos
se automutilan mecánicamente
dejando un reguero de alucinaciones marchitas.
Alarido x 2.
(Esta vez despierto)
Viene de alguna farola
pues la calle está vacía
y sólo las farolas hablan con sonámbulos.
La vislumbro agazapada tras el amanecer
y me acerco pesadamente.
Me cuenta que hubo un arma
con la que comenzaste a acariciarme,
que yo estaba convencida que vivíamos en una película
y te ayudaba a interpretar
ignorando la angustia
reflejada en todos los espejos de la casa.
Después me susurra
-entrecortadamente-
que ahora no estoy viva
ni tampoco muerta,
que me dedico a vagar
por las aceras de algún mundo paralelo
y nadie es capaz de encontrarme.
Que la decadencia se vengó
en su forma humana
y me ha desterrado para siempre
a una vida por cable.
de los platos de colores que excitan el aire,
de los cuchillos que sanaron falsedades,
del fin de la fiesta.
Resuenan sus risas por las paredes
y rechinan sus dientes risueños
mientras el alcohol se vierte
y la euforia
y la obscenidad
terminan por instaurarse.
Ahora son recuerdos,
desastres rescatados
para embriagarse de imperfección
y de frases inverosímiles
pronunciadas en contextos adulterados.
Sentencias que hicieron llorar al gato,
mentir a las cucarachas
y desaparecer tu camiseta
en un enfermizo vaivén.
Alarido.
Las motas de polvo descienden,
las paredes enmudecen
por la fuerza del estruendo
y los colores
y los platos
se automutilan mecánicamente
dejando un reguero de alucinaciones marchitas.
Alarido x 2.
(Esta vez despierto)
Viene de alguna farola
pues la calle está vacía
y sólo las farolas hablan con sonámbulos.
La vislumbro agazapada tras el amanecer
y me acerco pesadamente.
Me cuenta que hubo un arma
con la que comenzaste a acariciarme,
que yo estaba convencida que vivíamos en una película
y te ayudaba a interpretar
ignorando la angustia
reflejada en todos los espejos de la casa.
Después me susurra
-entrecortadamente-
que ahora no estoy viva
ni tampoco muerta,
que me dedico a vagar
por las aceras de algún mundo paralelo
y nadie es capaz de encontrarme.
Que la decadencia se vengó
en su forma humana
y me ha desterrado para siempre
a una vida por cable.
Hay una imagen reproduciéndose tortuosamente en mi cabeza. Yo, la cama y todos los cables. Mis deseos, mis sentimientos, mis sensaciones yéndose por cables...
ResponderEliminarEsto es un poema-guión-de-película-desesperada.
ResponderEliminarhay niebla, sí señor, detrás hay mucha niebla y debajo de las farolas crecen amapolas que ya están suicidadas desde hace milenios.
Besos.
Me fascina habitar en mundos paralelos.
ResponderEliminarSe me hace difícil comentar.
ResponderEliminarEs simplemente que me ha impactado. Tiene tanto grito, tanto mundo interno que se siente y no se verbaliza.
Eso si: me ha gustado mucho :)
Te felicito.
Un beso grande
Ni viva ni muerta.
ResponderEliminarMe resulta familiar.
Besos.
¡Felices 200!
ResponderEliminarUy. Una pesadilla que, juraría, tiene varios niveles. Bueno, es un poema tremendo e impactante. Nada convencional, como nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarMe ha gustado este fin de fiesta y esta muerte-vida nueva virtual. Me temo que hacia allí vamos.
Saludos.
Si las farolas hablan con sonámbulos, entonces se han cumplido cabalmente las profecías. Creo que ha quedado demostrada la existencia de un universo paralelo, y en justicia habría que ponerle tu nombre.
ResponderEliminarMe encanta. Besos!
me encantan esas alucinaciones marchitas, sobre todo porque florecen en mi mente al leer tus poemas...
ResponderEliminarSaludos.
"mentir a las cucarachas
ResponderEliminary desaparecer tu camiseta
en un enfermizo vaivén." Preciosos versos, y lo de los alaridos, genial. Melancolía en estado puro, mientras el universo se expande y todo fluye. Me ha gustado mucho, un abrazo guapa!
peligrosos juegos oscuros
ResponderEliminarabrazo*
Empiezo el poema dispuesto a comentar que no me gusta, porque no me gusta que algo me guste tanto. Así que no me gusta.
ResponderEliminarAunque lo de las farolas y el arma sí me gusta, me encanta. Vivir por cable será una realidad en el año 3.000, tenlo por seguro, y entonces ya serás muy, muy anciana, tanto que, incluso, podrás presenciar el apocalipsis, y escribrir sobre el pasado, sobre las farolas, las armas y el dolor y sobre cuantos bonitos sonetos podrías haber escrito. Insisto de nuevo, compón un soneto.
Un abrazo.
Lo intentaré, te lo prometo, pero no sé lo que saldrá de ese experimento. Primero tendré que informarme bien, que lo de las rimas no es lo mío.
EliminarMe cuesta quedarme con algo. El final me ha provocado un suspiro de 'ains' y un pensamiento paradójico de todo esto. Un caluroso abrazo!
ResponderEliminarmm interesante, que las oscuras armas del amor se conviertan en dolor.. y la noche siempre le da un toque onírico que lo hace ver mejor.
ResponderEliminaresta imagen es terrible!
ResponderEliminarTan relajada que había vuelto y Zasca! de vuelta entre cables y los no-muertos...;)
ResponderEliminarBesos!
"que ahora no estoy viva
ResponderEliminarni tampoco muerta,
que me dedico a vagar
por las aceras de algún mundo paralelo
y nadie es capaz de encontrarme."
A veces yo me siento así, me ha gustado.
Un beso
Bueno, de vivir conectada a un cable, uno que me conecte a tus poemas. Estoy segura que ninguna de las sensaciones de la vida me sería vedada. Besos, querida!!
ResponderEliminarUn estado intermedio como ese, da un poquito de miedo...
ResponderEliminarUn beso.
Me encanta la imagen de la calle, muy, muy bueno. El terror de desconectarse es peor todavía.
ResponderEliminarBesos!
gran poema. Y esas farolas me han podido
ResponderEliminarbesos
Te seguiré buscando entre lineas, en cada esquina, en cada sombra, en cada palabra. Preguntaré por la mujer más bella, la que grita, la que tiene el corazón mordido...
ResponderEliminarSubidón de adrenalina.
bsos
tan familiar con la vida misma y las alucinaciones de siempre. Todo tiene un precio no?
ResponderEliminarUn abrazo (gracias por el ánimo del otro día)
Hay un abismo en ese universo paralelo, hay miedo en todas las sombras y en la maraña de cables. Cuánta gente viviendo en tierra de nadie.
ResponderEliminarUn abrazo.