(Fotografía de autoría desconocida vía ecatann)
Eran días formales.
Eran pilotos en lo alto del mar lloviendo pájaros y naúfragos en el fondo del cielo devorando peces espada.
Eran mañanas de insomnio y cúmulos cancerígenos en las tardes por la playa.
Eran tejados bajo tierra y sótanos enquistados en la primera nube de la tormenta.
Eran días extraños.
Corríamos desnudos por inhóspitos parajes y el paracaídas vomitaba recuerdos de una isla a otra. Queríamos huir pero el miedo se fornicaba a la metástasis y abollaba la esperanza en conserva. Necesitábamos fustigarnos con la carne sobre la carne, el desgarro de la sangre y los cuerpos apilados, pero el Parkinson nos clavaba estacas en la fuga del estómago. Nos mutilaba los últimos resquicios de cordura.
Eran tres poetas de placenta y seiscientos infectados al año.
Éramos opio parlantes.
Tu escritura es opiácea, pero a la vez hay en ella mucha cordura. Bicos!!
ResponderEliminarEs como una forma cruel y enferma de describir el paso del tiempo, ¿no?, vamos, la edad. Y el opio, según el parnaso y los simbolistas franceses, enaltecía el espíritu e inspiraba. ¿Inspirará la edad? Supongo que respondes afirmativamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
De acuerdo con lo de escritura opiácea y experimental. Literatura de riesgo, algo que oxigena, que da aire, que hace avanzar.
ResponderEliminarPD: cuidadín con inhóspito.
Besos.
Uy, se me había pasado. Gracias por la corrección :)
EliminarMejor que el opio no cese, para bien de los poetas, para bien de los infectados anuales...
ResponderEliminarComo dicen por aquí, que el opio no cese, que nuestra propia droga encargada de distorsionar nuestra realidad no se esfume. Es la única manera de afrontar el paso de la edad, y de los años, y de poder llevar aunque sea a ratitos las despedidas.
ResponderEliminarGracias por estas palabras, me han venido muy bien hoy, más de lo que te puedas imaginar.
Un abrazo.
Rebeca.
Eran días de magia que ya no son.
ResponderEliminarLos recuerdos deberían fallecer.
Besos.
En algún lugar, a muchos años de aquí, alguien está apilando cajas de libros en una nube. Opio parlantes me embriagan, que así sea siempre. Besos!
ResponderEliminarque bello!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarme encanta lo de "éramos opio parlantes"!
ResponderEliminarAunque una servidora tal como ha expuesto esta mañana el trabajo final de posgrado, parecía que iba de opio hasta las cejas...snif
Besos!
A veces es bueno sentirse náufrago y tomar distancia de toda tierra habitada, de toda mente ordenada. Me gusta dejarme empujar por tus delirios.
ResponderEliminarBisous!
Genial!!!!! Me encantaron las imágenes que creas con tu escrito. Bravo!!!!!
ResponderEliminarel paracaídas vomitaba recuerdos de una isla a otra. Me gusta, pero sobre todo esto
ResponderEliminarImpresionante , esas fotos són geniales ...
ResponderEliminarUn gran abrazo desde Barcelona .
Los días de opio llevan a una noche de letargo.
ResponderEliminarA la larga el dolor lo invade todo.
Luego, cada uno hará lo que pueda. Yo me alejo de la orilla radiactiva.
Pero me llevo grabada cada palabra tuya.
Besos
Hemos hablando de pájaros y de mañanas de insomnio a la vez. Me gustan esas casualidades, el insomnio suele llevarse peor con la noche. Cuestiones de convivencia, a menudo.
ResponderEliminarCuanta intensidad. La infancia envuelta en humo de opio de la inocencia a la decadencia, me ha encantado. Es bonito cuando no tenemos vergüenza de nosotros y vamos desnudos, esos veranos a pie de playa o en la montaña, siendo libres de nosotros mismos. Besos guapa!
ResponderEliminarAsi quisieran vernos a todos, consumiendo los dias en el letargo mientras hacen su fiesta.
ResponderEliminarBesos y se feliz!
Me quiero tergiversar en las enfermedades de tus letras. Dejo de manifiesto que entre ellas habitan seres de otras almas, de temperaturas violáceas, de trinos sementales. Si algún día dejas una ventana abierta piensa en los faros que nacen de tus dedos.
ResponderEliminarA mi siempre me ha molado Sherlock (y la serie reciente me encantó) y todo lo que conlleva. De pequeño leía mucho a Agatha Christie también.
ResponderEliminarVenga que ya han vuelto las pelis!!!! :D
Ciao
Debe ser terrible andar en esos callejones aparentemente sin salida interpretando opio parlantes.
ResponderEliminarHola Esther, Increíble como siempre.
Besos.
necesito entender esto:
ResponderEliminar"Eran tres poetas de placenta y seiscientos infectados al año".
porque el resto del poema es pura y exquisita decadencia, hay momentos que rste poema huele a geriátrico yodo y ulceras.
abrazos y besos.
Digamos que la vida de alguien que escriba poesía iría bastante acorde con los delirios que salen de este texto, y no todos aquellos que escriben lo hacen desde siempre, sino que es más probable que haya habido un punto de inflexión en sus vidas a partir del cual empezaron a escribir. Por eso lo de sólo hay 3 de placenta (innatos), y en cambio hay muchos infectados al año (aquellos que surgen a partir de ese punto de inflexión).
Eliminarúlceras.
ResponderEliminarMagnífico poema, de gran calidad. Muy buenas imágenes. Bello. Un abrazo. Te sigo.
ResponderEliminarDe todo hay en la vida, a veces es buena la reflexión.que tengas una feliz semana.
ResponderEliminarun abrazo.
Me recuerda a: http://www.youtube.com/watch?v=Y0AgTxG1vyc
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