(Collage de Karel Teige : Collage no.286, 1943)
Nos mareamos, somos cuerpos enfermos, veneno para la tierra, huracanes que comen niños que maltratan árboles.
Nos desmareamos súbitamente, apuñalamos el vacío durante el tambaleo y comenzamos a disparar violencia con las manos, agujereando corazones tiernos que acumulan esperanza.
Hacemos funambulismo antes del viento eterno; ahora somos niños muertos, somos ráfagas de maldad reciente que hacen que el mareo sea infinito y las ganas de huir crezcan exponencialmente ante el sigilo del óbito del Universo.
Y todo porque la eutanasia duela, escueza demasiado.
Somos tan hipócritas que sólo vemos bien la eutanasia para los animales, aunque muchos calladamente se la darían sin temblar a más de uno.
ResponderEliminarY mientras,el mundo gira y nosotros nos devoramos.
Besos
Si morir es una obligación, ¿por qué no un derecho? Además, al mundo le interesa, no entiendo los motivos por que se ocultan necesidades semejantes.
ResponderEliminarPortada El País - ABC, memorable.
Un saludo.
Me has hecho pensar que quizás, cuando dejamos atrás la infancia, de algún modo nos aprestamos a morir. Y de algún modo, nos matamos a la par que vamos matando. Pensar que esas manos que disparan volencia son las mismas que disparan la caricia, el consuelo, o el cuidado, me reafirma en la idea de que somos seres de doble filo. Y es la nuestra una sutil eutanasia, cada vez que cortamos el aire somos nosotros los que sangramos (aunque sea sangre que no vemos...)Magnífico texto querida. Bicos, moitos!!
ResponderEliminarPues si.
ResponderEliminarEso somos y peor aún.
Besos.
Creo que sólo hacemos funambulismo maldito, para ver como podemos dañar al otro. Al momento de arriesgar, nos quedamos en nuestra jaulita segura...Un abrazo.
ResponderEliminarLos gobiernos no procuran la eutanasia pues no es comprensible la dominación sin dolor. El suicidio exime al culpable de testimonio. Mejor dotar al embrión humano de ese lastre, de un vivir culpable. Con tantísimos pensamientos egocéntricos y desviados.
ResponderEliminarSaludos noctívaga.
Los seres humanos salimos defectuosos, eso es un hecho. Que mala suerte ha sido no tener un botón de autodestrucción, así nos evitaríamos el debate de la eutanasia.
ResponderEliminarHorrores.
Besos
¡Qué perturbador!
ResponderEliminarEutanasiémonos todos, que somos el mal.
Podemos ser tantas cosas... Saludos.
ResponderEliminarEnfermedad lenta e infalible. Unas veces más perjudicial que otras. Tetrapléjicos y parkinsonianos, todos conviven. La eutanasia es un problema de aceptación de la soberanía primera del individuo, de sumisión a antiguos pecados escritos... deshumanizar la voluntad y evitar un efecto dominó de huidas.
ResponderEliminarQué grande lo de desmarearse...
¡Besos!
Yo no puedo opinar sobre el tema de la eutanasia ( son muchos los factores implicados y no siempre prima la opinión del afectado, ni el afectado tampoco tiene porqué ser el mismo enfermo). Pero sí puedo decir que tus versos me han gustado, mucho, demasiado.
ResponderEliminarHay mucho que discutir sobre la eutanasia y yo pienso que cada uno debe decidir sobre su propia vida, especialmente, cuando uno es un enfermo que sufre demasiado y ya no existe manera de ser curado. La película "Mar adentro" me parece que trata genialmente este tema.
ResponderEliminarTu poema es duro y bien manejado desde el punto de vista idiomático.
Saludos desde Suecia.
Ese veneno para la tierra da tanto que pensar...
ResponderEliminarBesos, E.
Esa frágil línea llena de ambigüedades, de confrontación con la vida. Balance y huida.
ResponderEliminarAbrazos.
Sabes, me gustaría emborracharme contigo.
ResponderEliminarSí, somos niños muertos pero nuestra conciencia sigue viva. Presente, pasado y futuro se mezclan y rozan en tus palabras. Un beso, intensa!
ResponderEliminarsé lo que debo hacer y como lo debo hacer.
ResponderEliminaranteabrazos.
Todo es según el color del cristal con que se mira. Interesante exposición.
ResponderEliminarSaludos cariñosos.
Intenso!! Me dejas pensando! Mejore es dejar de sufir, no vel la pena!
ResponderEliminarun abraXo!
No hay mayor condena que la muerte en vida...
ResponderEliminar¿Será a caso ese momento, el momento de mayor lucidez de nuestra existencia?¿Será la crueldad insoportable de ver el color real de todo lo que nos rodea lo que nos convierta en fieras?
ResponderEliminarImágenes impactantes Esther...acojonante.
Me quedo con ese "hacemos funambulismo" que condensa, en dos palabras, el riesgo que asumimos al vivir.
ResponderEliminarUn abrazo.
es un derecho, menos doloroso que ser veneno.
ResponderEliminarabrazos*
Un duro relato, la muerte siempre es dura .
ResponderEliminarAbrazos desde Barcelona.
Hola Amanecer!
ResponderEliminarSoy partidario de la propia elección, sobre todo en enfermos terminales que deben sufrir una larga agonía...
Te escrito es duro, pero bello a la vez.
Saludos!
RoB
Un texto grandioso! esto creo que lo tengo que enseñar a más de uno... :)
ResponderEliminarBesos hermosa!
me he sentido impotente. Me ha gustado
ResponderEliminarun beso
Grande niña!! creo que mucho nos hemos sentido identificados con tu escrito, al menos yo..
ResponderEliminarbesos
Me pones los pelos de punta! Que grande.
ResponderEliminarTenemos derecho a vivir, pero también a morir cuando la vida deja de serlo.
Un abrazo.
Debería ser una opción como otra cualquiera. A fin de cuentas se trata de nuestra propia vida, y nadie más tendría derecho sobre ella. Joder, el panorama está...así, como tú lo has descrito, tan poco alentador que a veces sólo cabe la eutanasia o el suicidio. Un beso.
ResponderEliminarY yo estoy dispuesta a realizarla...
ResponderEliminarMe has recordado a Vetusta Morla:
ResponderEliminar"Como un funambulista imbatible
dibujo en braille los pasos del siguiente mortal"
El hombre, la codicia, el miedo constante...
Besos guapa!