(Ilustración de Ania Swiatlowska)
Sollozan las habitaciones
por el suelo
el techo
y las ventanas;
las paredes lo harán cuando acaricien mi ausencia,
cuando el apego se disipe en la distancia
y el armario rebosante de vida
y los pósters sobre el gotelé
y las palabras camufladas entre el humo
decrezcan
para esconderse en el subsuelo de mi hipotálamo.
Ese apego se había convertido
en una simbiosis de evitación,
me ayudaba a no desgarrarme,
a aniquilar las lágrimas
y a seguir elevando las comisuras de los labios
pese a los pálpitos,
el flamante vacío cerebral
y las telas de araña
que separan lo irracional
de las razones adultas.
Ahora,
el polvo me desdibuja,
también las paredes desnudas
y el comprobar los cajones
para asegurarme
de que no queda nada en esa casa
excepto los recuerdos de una etapa
que hizo tangibles mis quiméricos sueños.
(Se me contrae la laringe y el silencio se vuelve más estrecho)
Y algo de nosotros siempre queda. Cabellos flotando en el aire, y un imperceptible rastro de nuestras escamas. Me imagino a la casa tratando de conservarlos. Protegiendo ese cabello para que no salga volando por la ventana. Incluso la imagino tirándote del pelo mientras sales por la puerta. Quién sabe qué reliquias tuyas venerará la cas...Cada vez me gusta más como escribes. Es una maravilla venir a leer y sentir eso. Bicos ruliña!
ResponderEliminarexcelente ilustracion para estas palabras tan profundas, beso
ResponderEliminarMañana empiezo la mudanza del estudio y espero no ahogarme, porque si cambio es para estar mejor en otro sitio más grande y luminoso, pero en las paredes del viejo, como tú bien dices hay demasiado apego aún incrustado.
ResponderEliminarMe has hecho llorar...
Un beso.
Lo cierto, y es una confesión, que gozo más con los versos que hablan de un referente identificable, como esta casa que queda ya en los sueños, en las pilas de paplotes de los recuerdos.
ResponderEliminarTangibles sueños, como esos póster en el gotelé.
He disfrutado con la pieza,
Saludos.
Me ahogo en este poema.
ResponderEliminarHabrá que abrir ventanas, airear, sacar todo y renacer.
Y por supuesto, el gotelé, fuera, siempre trae más lágrimas.
Besos
Hemos de resucitarte.
ResponderEliminarTodavía es muy pronto para que mueras.
Venga, abrazo resucitador gigante para ti.
Hay algo tan real, ese apego que nos ayuda a no desgarrarnos. Ya habrá tiempo para el polvo...
ResponderEliminarMejor expulsar algunos recuerdos, que son como fantasmas. Saludos.
ResponderEliminarP.D.: ¡La ilustración! Como un santo sudario del amor.
Paredes, recuerdos y sueños... un abrazo y abre la ventana y mira al mundo :) besoooos guapa!!
ResponderEliminarSiempre tan tú...
ResponderEliminarLas paredes siempre quedan impregnadas, dejamos trocitos de nosotros. El gotelé, además, daña en las pesadillas agitadas. Aiss, los cambios...
(No vive ya nadie en la casa, de César Vallejo)
Requetebesos!
Hoy te comprendo más de lo que supones, querida AN. He experimentado justo eso en tres ocasiones.
ResponderEliminarTe vale un abrazo gigantesco?
Me siento agobiado, me han tragado el comentario, no valgo más que una pluma en el hocico de un perro turbio.
ResponderEliminarYo te comentaría hasta en fin del mundo.
Un beso.
Te veo muy desanimada, ahogándote en tus miedos. Ya verás como no, ya verás como no. Y volverás, con más recuerdos que colgar en esas paredes y guardar en tus cajones repletos de pasado.
ResponderEliminarÁnimo.
Me gustó mucho este poema a pesar de lo depresivo que parece. Creo que no lo interpreto depresivo, sino más bien creado envuelto en algún recuerdo que fue solucionado.
ResponderEliminarSaludos cariñosos.
Eso si que no es el calor eh?, un poema triste pero muy sincero. Pero nada de llorar, que siempre habrá un momento de transición.
ResponderEliminarBesos
Siempre queda algo de nosotros mismos impregnado en lo que nos rodea a pesar del abandono...
ResponderEliminarCada verso deviene en profunda ceguera. Es un poema jodidamente precioso. Monumental. Descomunal. Ciertamente; sinceramente; poéticamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi se me contrae todo, el espacio metafísico entre tus líneas, y cada palabra me acercan a vivencias que he tenido.
ResponderEliminarA ti hay que darte besos inconmensurables...
El último verso es de un desconsuelo desgarrador...el vacío de lo soñado...bello poema...pero duele
ResponderEliminarhttp://youtu.be/JU-OSLBKwG0
Al final te vino la inspiración. El calor no puede contigo.
ResponderEliminarNo es tan "cutronga" (me ha encantado el palabro, jeje) aunque salga Jack Black (el cual no me gusta) la peli es amable y con su punto de ternura y frikismo, aunque al lado de Olvídate de mí, no tiene nada que hacer.
ResponderEliminarCiao
Otras paredes te acogerán. Como siempre, grandes tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermosos versos. Siempre dejamos nuestras huellas, nuestro sello.
ResponderEliminarun abrazXo
Somos ocupas de un tiempo y de un espacio que parece nuestro desde siempre, o al menos desde aquel inicio fundacional que moldeó un incipiente sentimiento de pertenencia a algo, hasta que un día partimos sin más, con un saco de recuerdos que se van desparramado por el camino. Me ha gustado y dolido algo, el volver a sentir ese salir del molde que nos ampara.
ResponderEliminarBesos
Mudarse. A veces viene algo mejor.
ResponderEliminar