(Ilustración de Dino Valls : Vera Icon)
Cuando la lágrima toca el suelo,
exhausta,
la inundación es innevitable,
los perros ladran llagas famélicas
y los gatos ni siquiera divisan la noche.
Antes hubo un trayecto,
una sinuosa curva
por la que la lágrima danzó transparente,
bebiéndose las calles con los ojos
y las ciudades
y el zigzagueo de los trenes,
hasta ser tan previsiblemente grande
que terminó desmoronando
la imperturbabilidad ocular de su dueña;
hasta ser tan imaginablemente grande
que el idílico interior
tallado de experiencias
se tornó grotesco,
flácido
vacío,
y fue entonces cuando los perros se volvieron del revés
y los gatos se arrancaron los ojos en silencio
sorprendidos por la súbita finitud de la vida.
(Tan potencialmente grande
Los gatos son tan celestiales que incluso arrancándose los ojos callan. Hoy, que leía la noticia de sucesos en un periódico de aquí de Barcelona: "Padres arrancan con una cuchara los dos ojos de su hijo en un ritual satánico" (ya sabes qué poco contrastan las informaciones satánicas los periódicos y la prensa en general), pensaba que la histeria humana está a punto de culminar, y que la vida, afortunadamente, es un hecho temporal: bueno y horrible.
ResponderEliminar(Soneto).
Un saludo.
Imposible morir hoy u ayer... ;)
ResponderEliminarUn beso!
Aplaudo!!! Este poemo está tan lleno de imágenes que se van deslizando ante nuestros ojos en el deambular de esa lágrima. Me estaba preguntando qué será de nosotros el día que los gatos se arranquen los ojos, pero la apreciación de Marc Verlén desvaneció mi pregunta en el aire. Cada día me gustan más tus poemas, querida. Besos y que pases lindos días(ya queda menos!!)
ResponderEliminarSé muy bien que cuando la lágrima toca el suelo todo eso sucede.
ResponderEliminarLa vida es finitud, pero que los gatos se arranquen los ojos me preocupa.
Besos
La retina, el rito, el rictus. A veces me pregunto si somos tan importantes, si siendo la mayor parte de nuestro ser líquido dispuesto a regar la tierra, debemos darle o no, relevancia al detener una lágrima hasta decir que es real o dejar, su curso para no reconocer...(esta noche he soñado que mi gata perdía un oko) ...que en la pequeña extensión que pissamos, no es la única (es cierto)...
ResponderEliminarun abrazo noctívaga
ojo, me jugó una mala pasada el teclado
ResponderEliminarun poema onírico y hermoso, cargado de imágenes intensas. Me gusta, saludos
ResponderEliminarQué bueno qué bueno qué bueno!! Pues me alegro de que hayas llegado a mi blog, así he podido llegar al tuyo :D
ResponderEliminarUn saludo
Yo me animaría a morir, sin embargo.
ResponderEliminarGracias por la fidelidad con mi escritura. Leí el mensaje, sólo que por falta de tiempo no lo respondí así como tampoco respondí a nadie. Necesito un día de 48 horas.
:)
Un beso. O dos.
Te entiendo. Yo también ando agonizando últimamente por el estrés de tener demasiadas cosas que hacer.
EliminarMe alegra que hayas seguido escribiendo :)
Y a los toros que nos pasó?
ResponderEliminarDímelo, dímelo!!!
Besos.
El dolor casi siempre ocurre así, en ralentí, y el surco de una sola lágrima es un camino en el que puede caber casi todo. Yo no sabría decir ese todo. Tú lo has hecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las que crecen en la garganta, esas son las peores. 'Tan potencialmente grande que tuvo que morir mañana'. Me encanta. Un abrazo!.
ResponderEliminarLa evolución de esa lágrima me conmueve. Como esos perros y esos gatos sorprendidos por mutaciones inesperadas. Siempre tan genial, querida. Y ese Dino Valls tan adecuado a tu surrealismo.
ResponderEliminarPor cierto, esta mañana he visto a una chica que era literalmente una pintura de Dino Valls. He estado a punto de pararla para decírselo, pero pensé que se burlaría de mí, o pensaría que quería ligar con una excusa tan original como patética.
Un beso!
Un torrente que arrasa y desprende.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, paso a desearte feliz fin de semana.
ResponderEliminarUn beso
ojo, que bella imagen de encabezado
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarDice Vera que es semejante a una mujer medusa al igual que yo, y ya sabes que Vera es muy sabia.
"Cuando la lágrima toca el suelo,
ResponderEliminarexhausta,
la inundación es innevitable,
los perros ladran llagas famélicas
y los gatos ni siquiera divisan la noche..."
Impresionante todo.
Abrazos desde Barcelona.
Inundación de lágrimas que caen hasta topar al suelo, inundación que se hace lluvia, que se hace charco.
ResponderEliminarMuy bello tu texto, amiga mía.
Un beso.
Una lágrima que conmovió el mundo. Y lo trasformó. Qué dureza cuando el agua y la sal trannsforman todos los recuerdos.
ResponderEliminarGrandes imágenes, por cierto.
Saludos.
me gusta. cada día una vida
ResponderEliminarEres grande, sin el potecialmente, simplemente grande!
ResponderEliminarHay curvas y trayectos que vale la pena contemplar, aun siendo tragedias, tanto como leerte en silencio, de noche, sin vecinos; escuchando las atenciones de perros y gatos en el devenir de sus correrías y lo que esconden sus lamentos...
ResponderEliminarBesos
Muy bueno!!!Me ha impactado " los gatos se arrancaron los ojos en silencio
ResponderEliminarsorprendidos por la súbita finitud de la vida"
"y fue entonces cuando los perros se volvieron del revés
ResponderEliminary los gatos se arrancaron los ojos en silencio
sorprendidos por la súbita finitud de la vida."
Bravo! Has hecho que se desintegre el cosmos por completo. Un abrazo entre atardeceres con resaca. Mua!
Lo del final me ha recordado a un capítulo de Los Simpsons que se vuelven del revés... jajaja.
ResponderEliminarLas lágrimas tienen mucha fuerza, aunque sólo sea una la que se derrama...
¿Que pasa que Ella teme encontrarse con su peor pesadilla: ser feliz? No debería acostumbrarse al dolor, pues también puede llegar a ser muy tedioso.
ResponderEliminarUn beso.
HD
quien ha experimentado el dolor nunca se atrevería a calificarlo como tedioso.
EliminarCuando se hace presente el dueño de la Verdad yo debería llamarme a silencio, ¿no?
EliminarHay momentos en que a mí también me gustaría volverme del revés. Pero en fin, qué se le va a hacer...
ResponderEliminarSaludiness!
me gusta el ritmo de este poema y el final suena como la cadencia de un bajo profundo y decadente.
ResponderEliminarinmenso abrazo Esther.
Un poema precioso...pero muy duro.
ResponderEliminarMis felicitaciones. Un abrazo.
qué buen viaje me diste...
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