(Ilustración de Aleksandra Waliszewska)
I.
Trozos de carne humana quemada
enrojecen aún más el aire.
La estupidez del calor
embota mentes,
trafica con espíritus
y disloca áreas cerebrales
mientras la arena hace sangrar
(ojalá)
a los culpables del incesto.
II.
La irrevocabilidad del destino
tras el último vaivén,
tras la pausa en la frecuencia
de repetición de la rueda,
tras el nacimiento de julio,
me hace aspirar el humo de los otros
y secarme ruidosamente por dentro.
III.
Y todo se resume
en que la impotencia
no viole más humanos
y en que el éxodo sea breve,
-se debilite exhausto-
y esos culpables se calcinen uno a uno
para así ahorrarme todas las tiritonas de los días blancos.
y todo se resume en la importancia de comer egos, de elevar el propio cada vez más abyecto e imponente.
ResponderEliminarsin limite alguno que obstaculice la impotencia, mientras la apuesta sea latido y el premio huela a humo y a aire de grandeza.
Verano, versos y abrazos, Amanecer.
Que se calcinen pero bien y nos den un respiro. Nosotros refrescaremos nuestras mentes como podamos, con tal de no seguir oyendo falacias trajeadas.
ResponderEliminarBesos!
Como no soy una santa ni me gusta señalar con el dedo de Torquemada al que como yo se equivoca a diario, es imperfecto, como yo, y teme los días blancos, prefiero calcinarme por dentro en silencio y disimularlo como hacen los que con ellos no va la cosa.
ResponderEliminarBesos, una gozada leerte
Fijate que veo la barceloneta repleta de alemanes, filandeses y otros especímenes europeos de blanco nuclear suspirando al oir recitar tus versos. Un beso
ResponderEliminarcómo me gusta, en serio
ResponderEliminarEl calor nos abotarga... si hos hace hacer estupideces, o no hacer nada, que no se que es peor :S
ResponderEliminarBesos abisales
La calcinación la tengo asegurada.
ResponderEliminarLo único que no sé es cuantos días faltan.
Dios quema gente. Siempre lo hizo. Y todavía hay algunos que le rinden pleitesía...
ResponderEliminarQuemar...
ResponderEliminarHe sentido hasta el olor a quemado.
ResponderEliminarGrande.
Un abrazo.
Joder, me encanta, pero con la III lo he gozado.
ResponderEliminarSe destruyen unos a otros. Desgraciadamente son tan grandes que inevitablemente nos aplastan en su campo de batalla.
Porque, en la Antártida, ¿no dejan construír, no?
¡Besos!
jajajajaa ya veo que estás disfrutando como una loca de tu "retiro" playístico...Que te sea leve guapa! ánimos!!! piensa que solo serán dos meses... ;)
ResponderEliminarUn besazo!
Para variar en blanco.
ResponderEliminarSaludos cariñosos.
Con poemas así me gusta levantarme por las mañanas y sentirme más muerto que cuando me acosté. Lo voy a imprimir, plastificar y guardaré este poema hasta el fin de mis días. Y si algún día me voy al mar creo lo incendiaré y lanzaré las cenizas a las olas.
ResponderEliminarTe lo juro.
pienso en recoger un poco de agua del mar mediterráneo, guardarlo en una pequeña botella, cruzar el país, y verter su contenido en el océano atlántico.
ResponderEliminarluego volveré a casa para leer este poema una vez más.
besos.
Te has convertido en lectura inevitable. Saludos.
ResponderEliminarJoder, me da que yo sería de las primeras en arder.
ResponderEliminarViolar con impotencia, allí se resume el poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo siento como la rutina no cesa de violarme, como ese destino irrevocable del que hablas. Quizás todavía estoy a tiempo de clavarle las uñas, y sesgarme en un nuevo horizonte. Como siempre tus poemas...Ufffff. Beso (espero que cada día estés mejor..)
ResponderEliminar¡Que deseo de nuevo amanecer!
ResponderEliminarAunque me temo, y es historia, que los días en blanco seguirán, uno tras otro, incesantes.
Un retrato de nuestros días, sin duda. En poesía, que debería mirar otra vez a este mundo nuestro de impotencias.
Saludos.
El fuego purifica, tal vez después de que todo arda, vendrá la purificación y con ella, una nueva realidad.
ResponderEliminarUn beso.
Devastador amiga. Un besote enorme
ResponderEliminarPues si no te apetece pensar, Rango te vendrá como anillo al dedo: entretenimiento, diversión, referencias cinéfilas y trama ligerita que hace que las digestiones sean amenas.
ResponderEliminarSaludso.
Todo se reduce a polvo y cenizas... besos entre humo
ResponderEliminarYo solo se que todo se aprende una gran leccion. Un placer estar por aca y leerte, Gracias por compartir, Saludos desde Puerto Rico!
ResponderEliminarLa carne quemada siempre fue de meigas... Benditas meigas, que le pusieron la nota del verdad al mundo.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
BUENOS DÍAS BONITA
ResponderEliminarERES CAPÍTULO APARTE PARA UN POETA
BESITOS JM
Que grandes tus poemas y porsupuesto tu blog, será un placer para mí seguirte,
ResponderEliminarGracias :b