(Ilustración de Natacha Ivanova)
Las areolas del recuerdo
del instante vólatilmente perdurable
creado tras beber el éxtasis de su piel
y ascender al octavo gemido de su alma.
del instante vólatilmente perdurable
creado tras beber el éxtasis de su piel
y ascender al octavo gemido de su alma.
Disfrútalas.
ResponderEliminarY que no te lastime la nostalgia.
Besos.
Vivimos para el instante y la animalidad. La perdurabilidad y la trascendencia son fantasías de la mente humana y de ellas emanan nuestras más grandes frustraciones. Ascender hasta el octavo gemido nunca es en vano, aunque sí es volátil. Como siempre es un placer leerte. En contraste la imagen me duele ahí mismo, en mi pecho...Pupa. Bicos!!!
ResponderEliminarvaya es una entrada bastante chocante y curiosa! un saludo!
ResponderEliminarCuán frágiles somos, mi querida...
ResponderEliminarLa imagen es desgarradora!!! y me encanta!!! :)
ResponderEliminarLos recuerdos... vivir de ellos ¿es bueno?
El octavo gemido, como el octavo sello, siempre roto...
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Qué noche más mágica!
ResponderEliminarAreolas santas.
ResponderEliminarUn beso o 2 #
Me encantaron las letras
ResponderEliminarsublime !!
Oh, ese gemido creo que se encuentra en el umbral de la experiencia extática.
ResponderEliminarMe ha impactado la imagen y esas letras que gimen su alma.
ResponderEliminarUn beso.
Al noveno gemido, esta primera huella en tu espacio.
ResponderEliminarSaludos...