(Escultura de Christina Bothwell)
Dónde están las sobras de tu pecho herido
Dónde el fuego que desprendíamos haz de luz sobre la edad necia
Dónde el muchacho de la sonrisa intacta
Dónde el incendio alucinado enjambre itinerante de tus pupilas
Tristeza como otra cualquiera
tristeza llamarada que se expande
Somos
lechos de flores sin bulbo
claridad humeante a veces callada
a veces fosforescente
tristeza como la mía
tristeza aquí mi pecho encharcado
mis heridas añejas
mi llamarada al compás abstracto de tu geometría
(Poema incluido dentro del Fanzine படங்கள். No eres consciente. Nº2)
Qué desgarramiento, doña. No puedo sino pensar en poemas como la religión perfecta, y cuando leo algo como esto, tan pocas veces, vuelvo a creer. Seríamos eternos si escogiésemos epitafios así, flores así. Un abrazo.
ResponderEliminarEl poema es oxígeno que propaga nuestros cuestionamientos. Es pregunta incendiaria que a la vez que nos abrasa las entrañas nos ampara...Me encantó. Abrazo querida!
ResponderEliminarCala hondo.
ResponderEliminarTu tristeza no dista mucho de la de todos.
Hermoso poema, sin duda.
Besos
Y con esas sobras tantos nos alimentamos. Tantos sobrevivimos (que no es lo mismo que vivir)
ResponderEliminarHermosa esta tristeza profunda de la que me he sumergido con delirio. ^^.
ResponderEliminarfuego en la poesía y hielo en la escultura?
ResponderEliminarUn abrazo.
Cada vez que leo un poema relativo a la tristeza, me recuerdo que hace algún tiempo escribí un poema. No me acuerdo de él solo lo siguiente: cuando mi tristeza llore/reirán todos los tristes del mundo.
ResponderEliminarpor cierto que esos dos versos los pondré un día de estos. Me gustan de verdad. Aunque creo que hay muchos que pensarán lo mismo.
Lo escribí como a los 24 años de edad.
Tus letras siempre me dejan para mucho. Eres una gran poetisa ¿Lo sabías?
Besos Esther.
Se me olvidó decirte que esa escultura me parece sumamente interesante.
ResponderEliminarVistes a la tristeza con sus mejores galas.
ResponderEliminarA mí me parece hermosa.
Besos.
Pues yo te recomendaría que empezaras por las dos que he visto siendo adulto, pues las otras las vi hace mucho y no tengo una noción concreta.
ResponderEliminarY son Plácido y El Verdugo. Para mi dos obras maestras del cine. También Bienvenido Mr. Marshal y La Vaquilla tienen su aquel, pero para mi están un peldaño por debajo. Las más recientes confieso que no las he visto, me da un tufillo que no me va a gustar.
Nunca es tarde para descubrir a Berlanga.
Un saludo.
Al leerte, sobretodo los poemas del 2012, lo he visto. Amanecer nocturno tendrá un hijo con una deficiencia grave pero tus frutos literarios serán muy especiales.
ResponderEliminarEncantadoramente perturbador :)
ResponderEliminarTristeza como otra cualquiera pero no siempre igual. Tristeza que unas veces nos congela y paraliza, y otras nos llena de rabia e inspiración.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando el juez no puede castigar, acaba por unirse al culpable.
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