(Collage de Jindřich Štyrský, Untitled From Stěhovaci Kabinet, 1934)
La herida y la muerte se anudan brevemente.
Amatistas crecen desde dentro de las pestañas,
un fragmento de cielo entristecido
teme haberte oído cantar por última vez.
Un silencio fantasmal se abre
como un abismo espeso,
susurros,
páramos del sueño.
***
Experta en disfrazar el temblor,
en adormecer desiertos rojos bajo las uñas
retornas a la hora del lobo:
un temor de infancia
deviene en un recuerdo compartido
una huella perdida
un quiebro que encuentra
su escondite en la línea de vértebras
de las que brota una emoción verdadera.
(El verso en cursiva pertenece al poemario 'Ararat' de Louise Glück)
poemas que suceden hacia dentro
ResponderEliminarCuantos lobos nos persiguen por dentro...
ResponderEliminarCrecés crecés crecés, tus ramas se extienden luminosas... Un abrazo.
ResponderEliminartiene razón Darío, estás creciendo, linda, tus poemas están creciendo, y qué bonito es estar aquí, a este lado, y darse cuenta. sonrío... :)
ResponderEliminarbesazo!
La cuestión es el retorno... Genial! ;)
ResponderEliminarBesos!
la línea de vertebras de donde surge la emoción verdadera...
ResponderEliminarPalabras que son una gran herida, sangrienta..
ResponderEliminarEl miedo tiene cierta belleza, como tus textos, siempre bellos e intensos. Enganchan como una droga.
ResponderEliminarBesos
Se disfraza el temblor, pero tiembla.
ResponderEliminarMe regalaste un escalofrío...
Impresionante.
La herida y la muerte van de la mano.
ResponderEliminarY los lobos, acompañan.
Siempre es un placer leerte.
Besos!!!
Gran Misterio, Un beso.
ResponderEliminarEnhorabuena por tus versos,
Feliz semana.
de esa experiencia en adormecer desiertos rojos bajo las uñas nacen poemas como éste. Por mí que sigan ardiendo las arenas.
ResponderEliminarUn abrazo